Marketing personal.
Steve Jobs desarrolló la imagen del hombre que se hizo a sí mismo, sin cumplir los cánones de Wall Street: no mostraba preocupación por los balances.
Su trayectoria se equipara con la Henry Ford en la industria automotriz o Conrad Hilton el creador del concepto de hotelería cinco estrellas. La clave más poderosa fue su estilo: no trabajó por dinero; sino que lo hizo tan bien hasta lograr que le pagaran por eso.
El cerebro de los grandes genios es muy parecido al cerebro común. El caso más notable fue el de Einstein quien donó su cerebro a la humanidad para descubrir el secreto.
No se notó ninguna diferencia de hardware lo importante era el software con el que lo hacía funcionar. El cuerpo calloso que conecta los hemisferios cerebrales reflejaba un tránsito intenso de su pensamiento, del hemisferio racional y dominante al emocional y creativo.
Einstein definió la locura como hacer siempre lo mismo y esperar resultados diferentes y dijo que la imaginación es más importante que el conocimiento.
Un error es la discrepancia entre lo que es y lo que debería ser. Se detecta en la acción, el que no hace no se equivoca pero tampoco aprende. El hombre es el animal que choca dos veces con la misma piedra. Error repetido es error malo. El error bueno surge haciendo algo nuevo. Edison inventó la lámpara eléctrica porque no repitió los 999 errores previos.
Pareto advirtió que el 20% de los factores provocan el 80% de los resultados. El error es no darse cuenta y darle igual importancia a todo. Eso lleva a correr detrás de lo urgente y no de lo importante. El feedback con la realidad impide que el error se convierta en hábito
Horacio Krell