Pregúntale a un conocido si conoce cuál es su nivel de velocidad y comprensión en la lectura. Probablemente te contestará que no sabe. La mayoría de las personas sólo saben cuando comienzan a leer un libro pero no cuando lo terminarán. Esta forma de leer no es estratégica.
El lector que mide su rendimiento utiliza una fórmula sencilla para calcular su tiempo de lectura: divide la cantidad de palabras estimadas del texto por el PLM (palabras leídas por minuto).
Sabiendo cuanto tardará en leer puede planificar eficazmente sus exámenes, tareas y presentaciones.
Tu también puedes dar un formato estratégico a tu lectura conociendo tu nivel actual. Para eso y como dijo Platón “el comienzo es la parte más importante de cualquier trabajo”.
Visita esta página y siguiendo las instrucciones podrás conocer tu nivel de velocidad y comprensión.
El segundo paso será aprender la técnica de lectura veloz, con la que lograrás por lo menos triplicar tu rendimiento.
El primer paso de esta metodología consiste en ampliar el campo visual.
Leer un material sin sentido reduce la visión.
Observa este ejemplo:
Sin sacar la vista del punto superior intenta leer la mayor cantidad de letras:
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M R L D O R W Q M O K T E T Y Z
Ahora prueba intentando leer más palabras:
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ESTUDIO CARA MODA LEYES
Finalmente, con esta frase:
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LA GUERRA DEL GOLFO
Observa como el sentido de la frase, que se genera al leer una unidad de pensamiento, amplifica tu campo visual y tu comprensión.
Aprender a usar el cerebro
El ejemplo muestra que no se lee sólo con los ojos; el cerebro es el director. Ante una frase cortada al final del renglón como “el día estaba nu…”, el resto se puede anticipar por información visual, es decir continuando con la lectura, o bien por anticipación, conociendo la sintaxis que limita la elección, o por la semántica que aporta el significado probable de la palabra. La lectura es predecible porque el lenguaje también lo es. El proceso lector implica crear hipótesis previas sobre lo que vendrá y la comprensión consiste en comprobar esa predicción. El aprendizaje es el cambio que se produce en la memoria cuando se incorpora un elemento nuevo.
Como el cerebro es el director del aprendizaje, y los métodos son sus facilitadores, el dominio del sistema de lectura veloz abre la mente hacia una comprensión superior y mejora la calidad porque actúa como propulsor del aprendizaje.
