La rivalidad fue el motor europeo hoy ausente en esta comunidad económica sin ejemplaridad. Nadie intenta ser el mejor en una orquesta donde cada instrumento tenga su propia voz, al servicio de un proyecto que brinde una esperanza. Algunos pueblos fueron fieles a su vocación, otros la han confundido o traicionado. Decadencia, errores, infidelidades al proyecto. Una gran nación nace de la imaginación creadora, hecha con fragmentos de la realidad. La lógica, dijo Einstein, lleva de A a B, la imaginación lleva a todas partes. Recién aceptando los límites se puede ir más allá. Hoy se busca homogeneidad, sujeción a normas, menos libertad. No existe la nación europea como el proyecto sugestivo de vida en común que afirmó Ortega. Urge despertar la imaginación creadora que potencie esta realidad. Nadie puede predecir lo que pasará. Hamlet en su famoso Ser o no ser eligió Ser. Lo desconocido es peligroso. Séneca diijo que no hay vientos favorables para los que no saben a dónde quieren llegar.
Horacio Krell