La literatura crea ciudadanos libres. Sin lenguaje no hay ideas, pero hoy se prioriza el motor de la especialización. El árbol tapa al bosque: la pertenencia del hombre al tejido social. En la literatura nos reconocemos como iguales, comprendemos la riqueza de la diversidad y el entramado que nos vincula. Esta creación artificial perduró por siglos, mezclando lenguaje e imaginación. Acudimos a ella porque la realidad no nos basta. La novela existe gracias a la lectura, que es experiencia compartida. El buen lector sabe que la novela combinana imaginación, referencias al mundo real y que es una puerta al conocimento. El cuento de Borges, Funes el memorioso, revela la curiosa paradoja donde el don de la memoria se convierte por exceso en maldición. Borges sugiere que el olvido es tan importante como la memoria. Funes que recordaba todo no tenía tiempo para pensar y muere porque no soporta el peso de su memoria y su monotonía. Por eso Borges decía que somos lo que somos por lo que leemos.

 Horacio Krell

Deja un comentario