No te preocupes, ocúpate.
parte 1
No anticipes mentalmente un problema, no lo crees. Cuando la preocupación se convierte en acto, preocuparte será todo lo que hagas. Hay dos cosas por las cuales no vale la pena preocuparse: las que tienen solución y las que no la tienen.
El 40% de las preocupaciones nunca ocurren, son un producto de la mente. El 30% son costos hundidos heredados del pasado que no se pueden cambiar. El 12% son falsos problemas. El 10% conciernen a la salud, que empeora al preocuparte. Sólo el 8% son legítimas. Son los problemas que se solucionan eliminando las preocupaciones infundadas.
Valiente es aceptar el desafío de vivir a cada instante ¿Quién sabe los qué es el futuro? ¿Qué importancia tiene el pasado? Se valiente y ocúpate de inventar tu futuro, deja de preocuparte. Suéltate y experimenta ese inefable placer. Compruébalo.
Tu agenda muestra cómo inviertes tu tiempo y energía. Las preocupaciones comunes son: salud, familia, trabajo. Algunas cosas dependen de ti, en ellas debes ocuparte, mejorando tus competencias, conductas, hábitos, sabiendo quiénes eres y lo que quieres ser.
El área de preocupación depende de los demás o de las circunstancias. El ser proactivo enfoca el círculo de influencia, se dedica a lo que puede hacer. Se ocupa. El reactivo se concentra en el círculo de preocupación, en los defectos de los demás, en los problemas del entorno, en todo sobre lo que no tiene control. Así disminuye su espacio de control y aumenta el de preocupación. Se muestra como víctima, reacciona sólo cuando algo le pasa, si le viene un golpe lo esquiva, pero le falta motivación interior.
Horacio Krell