Jugar, una propuesta de la neurociencia para aprender mejor

El niño aprende jugando, movilizado por su curiosidad. El sistema educativo lo interrumpe por el imperativo socializador y transmisor del saber organizado. En las aulas hay chicos muy aburridos. Incorporar a la enseñanza el juego de la gimnasia mental rompe con la rutina y estimula el pensamiento. Como el chiste, el acertijo ilumina la mente y promueve un espacio entre Atención, Interés, Deseo y Acción. Cuando niño al célebre matemático Gaus le pidieron que sumara los números del 1 al 100. Contestó rápido: 5050. Advirtió que eran 50 veces 100 más 50. 2 hacheros trabajan las mismas horas y uno produce el doble ¿A qué se debe? A que en su descanso afila el hacha. El hacha del niño es la materia gris, que sólo hace valiosa la buena educación. El hombre es un animal de costumbres. El hábito del pensar, inventar, descubrir, sostener proactivamente deseos y objetivos y no conductas reactivas genera la dinámica del proceso creador. El juego de la vida es sin duda el juego de la inteligencia.

Horacio Krell

 

Deja un comentario